viernes, 17 de julio de 2015

Producción más limpia

UNEP (United Nations Environment Programme)  define producción más limpia (P+L) como: “la aplicación continua de una estrategia ambiental preventiva e integrada en los procesos productivos, los productos y los servicios, para reducir los riesgos relevantes a los humanos y al medio ambiente”. Esta definición está basada en la suposición de que no existe la producción limpia como tal, pues cada proceso de producción genera alguna forma de contaminación.

La producción más limpia se reconoce como un enfoque importante para reducir los impactos ambientales en el mundo y para guiar los desarrollos industriales hacia un desarrollo sostenible, tratando de reducir de manera continua la generación de  contaminantes en cada etapa del ciclo de vida.

En el caso de los procesos productivos se orienta hacia la conservación de materias primas y energía, la eliminación de materias primas tóxicas, y la reducción de la cantidad y toxicidad de todas las emisiones contaminantes y los desechos. En el caso de los productos se orienta hacia la reducción de los impactos negativos que acompañan el ciclo de vida del producto, desde la extracción de materias primas hasta su disposición final. En los servicios se orienta hacia la incorporación de la dimensión ambiental, tanto en el diseño como en la prestación de los mismos.

En la práctica, la aplicación del concepto de P+L, tanto en los sistemas actuales de producción como en los productos y servicios, no significa una  “sustitución en sentido estricto por otros diferentes”, sino “mejorarlos continuamente”, bajo el entendido que las nuevas tecnologías serán más limpias. De aquí, que producción limpia se perfila como la meta que será alcanzada con las nuevas inversiones, en tanto que la búsqueda sistemática del mejoramiento continuo, corresponde al concepto de P+L que obedece a un proceso dinámico y sistemático, el cual no se aplica una vez, sino permanentemente, en cada una de las fases del ciclo de vida.

Desde una perspectiva de gestión, la producción más limpia  es un instrumento  de los programas de producción y consumo sustentables que promueve las Naciones Unidas  y que son  implementados por los gobiernos de  numerosos  países.

Los recursos y las emisiones correspondientes a cada etapa del ciclo en su totalidad dependen en gran medida del marco general de políticas que incide en todo el sistema y de las regulaciones específicas que inciden en cada etapa. También dependen de los valores y las preferencias sociales, así como de la innovación tecnológica, aspectos en los que influye asimismo el marco legislativo y regulatorio.



En este contexto, la tecnología más limpia es sólo un elemento integral, pero parcial, dentro del concepto de producción más limpia, ya que éste incluye otros elementos como las actitudes y prácticas gerenciales de mejoramiento continuo de la gestión ambiental.

La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), en colaboración con el PNUMA, ha apoyado el establecimiento y la operación de centros nacionales de producción limpia. Actualmente existen 12 Centros en América Latina y el Caribe, que se coordinan a partir de una red regional de producción limpia, y un número aún mayor de instituciones dedicadas al tema que operan en la región con modalidades equivalentes. Los Centros apoyan a las empresas en la implementación de métodos y prácticas de producción sostenible, incluida la utilización eficiente de los recursos, el manejo sostenible de los productos químicos, la gestión de los desechos y la responsabilidad ambiental y social corporativa. Una de las principales áreas de actividad de los centros de producción limpia es la provisión de asistencia a las pymes de la región. 

Según un estudio presentado por la ONUDI durante la quinta Reunión del Consejo de Expertos de Gobierno en Producción y Consumo Sostenibles (Colombia, septiembre de 2009), la labor de 19 instituciones nacionales que ofrecen servicios de producción limpia ha permitido llegar a cerca de ocho millones de pymes en la región. Los sectores agroindustrial (alimentos, bebidas, café, lácteos), químico (productos químicos, plásticos, pintura) y metalmecánico son los que más asistencia han recibido por intermedio de los centros.

El éxito de  la implementación de programas de P+L se sustenta en sólidos resultados como la reducción del consumo de agua en un 35%, del consumo de energía de un 20%, de la generación de residuos  en un 30%, y de las emisiones de dióxido de carbono en un 25% (PNUMA, 2009)  y  que redundan en Desarrollo Sostenible.  


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