sábado, 14 de mayo de 2011

El Mercado del Carbono y América Latina. (Parte I)

La gran cantidad de activos ambientales con los que cuenta América Latina y el Caribe, convierte a esta en una región proveedora de servicios ambientales para generar recursos alternativos como solución a la emisión de gases de efecto invernadero. El Protocolo de Kyoto fue el inicio del surgimiento de un mercado que busca encontrar alternativas para la protección del medio ambiente.

El mercado de carbono surge en el mundo como una vía complementaria, alternativa y económicamente viable al compromiso asumido por países, empresas e individuos, de disminuir las emisiones de gases que contribuyen al efecto invernadero (GEI). Este puede estar dentro del cumplimiento y la observancia de las prerrogativas del Protocolo de Kyoto o puede estar dentro del mercado voluntario, el cual no es jurídicamente vinculante, pero se ha desarrollado como respuesta a aquellos que están interesados en convertirse en carbón neutral*.

América Latina y el Caribe tienen un superávit de activos ambientales que convierten a la región en un importante proveedor de servicios ambientales globales. Entre estos servicios se encuentran los mercados de carbono, que representan una oportunidad de generar recursos adicionales para el desarrollo del país. Esto basado en mejores patrones de producción y consumo de energía, abriendo el campo a procesos de eficiencia energética, producción más limpia, así como un mayor aprovechamiento de las energías renovables, particularmente los biocombustibles, que ofrecen nuevas alternativas para un mayor desarrollo
económico de los países de la región.

Kyoto
El primer paso para el surgimiento del mercado de carbono fue la decisión de firmar, en 1992, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), que tiene como principio fundamental la toma de medidas precautorias para anticipar, prevenir o minimizar las causas del cambio climático. Reuniones posteriores dieron lugar, en 1997, al Protocolo de Kyoto que definió la arquitectura del mercado de carbono, estableciendo objetivos cuantificados de reducción de emisiones para los países desarrollados así como los mecanismos de mercado diseñados para aminorar el costo de su implementación. Uno de estos mecanismos, el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL), permite que proyectos de inversión elaborados en países en desarrollo puedan obtener ingresos económicos adicionales a través de la venta de créditos de carbono llamados “Certificados de Emisiones Reducidas” (CERs), al mitigar la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera o secuestrando dióxido de carbono para que no vaya a ésta. El Protocolo de Kyoto propone que las 38 naciones industrializadas reduzcan sus emisiones para el período 2008-2012, en un promedio de 5% anual, respecto de los niveles emitidos en 1990.

Mercados voluntarios
Además del mercado de carbono oficial regulado por las instituciones de la UNFCCC, también hay un mercado creciente, basado en los compromisos voluntarios de empresas privadas e individuos que buscan compensar por los impactos ambientales que genera su actividad productiva. Tanto el mercado oficial como el mercado voluntario de emisiones tienen objetivos que van más allá de la captura de carbono. De acuerdo con el artículo 12 del Protocolo de Kyoto, los proyectos del MDL también deben contribuir a los objetivos de desarrollo sostenible de los países anfitriones, tales como la reducción de la pobreza y el mejoramiento del nivel de vida de las zonas rurales. Así mismo, muchas empresas degran tamaño han establecido metas de
reducción de GEI voluntariamente. Estas compañías toman decisiones basadas en estrategias de inversión a futuro, ante las expectativas de cambio en la regulación ambiental y la convicción de que el desarrollo sostenible y la responsabilidad social en temas ambientales fortalecen el negocio. En muchos casos estas empresas invierten en reducción de emisiones de carbono de proyectos en países en desarrollo o en economías en transición, donde el costo de mitigación es menor.

*Según la University Corporation for Atmospheric Research (UCAR) ser “carbono neutral” significa remover de la atmósfera tanto bióxido de carbono como el que se ha agregado. ¿Cómo se puede remover el bióxido de carbono de la atmósfera? Una forma de hacerlo es comprando “compensación de carbono” y apoyar proyectos como los de las granjas de viento o parques solares. Esto ayuda a generar energía renovable y más económica, a la vez que reduce futuras emisiones de gas invernadero y compensa lo que se ha añadido con los traslados y consumo eléctrico actuales.