lunes, 3 de agosto de 2009

Antropología Biológica (o Física)

Luego de no pocos meses de divagación e indecisión sobre mi verdadera vocación profesional y la rama de la Biología en la que me especializaré, finalmente veo con certimdumbre el panorama. La Antropología Física o Biológica es el área hacia la cual tengo una proclividad casi innata, concentra los temas que mayor me interesan generan, temas inherentes al entendimiento del hombre, como individuo y como especie, desde una óptica social y biológica. Así que en el paroxismo de mi entusiasmo postrevalación vocacinal me dediqué a recopilar información sobre esta  área del conocimiento que a contnuación comparto:




¿Qué es la Antropología Física?

La Antropología Física es un Área de Conocimiento dentro de las Ciencias Biológicas que estudia la diversidad humana y de sus parientes más próximos, los primates. Su objetivo principal es proporcionar una visión comprehensiva de los mecanismos que generan variabilidad en sus vertientes evolutiva, ecológica, ontogenética y de género, visión que permita además valorar las consecuencias biológicas del cambio ambiental reciente (incluido el relativo a los sistemas de valores y comportamientos) sobre los procesos biológicos y los patrones de salud y enfermedad en las poblaciones humanas.

Comentarios sobre Antropología Física.

La Antropología biológica, llamada otras veces física, es decir, la Antropología de la Historia Natural de Buffon, la del Systema naturae de Linneo, o la de Blumenbach, es la gran perspectiva categorial que se constituye, sin restricción normativa de ningún género, como ciencia natural después de la Antropología médica. Desde un punto de vista estrictamente biológico, una malformación genética no es meramente una «aberración» que habría que corregir, sino el indicio, que habría que perseguir, de que el germen humano también está sometido a mutaciones, que es manipulable por la ingeniería genética, es decir, que su estructura ha de considerarse como una fase de un proceso evolutivo más complejo más amplio; incluso muchas de las enfermedades ocupacionales podrán ser vistas por el biólogo desde una óptica distinta a la que inspiró De morbis artificium, de Ramazzini, es decir, como mecanismos de adaptación o, simplemente, como «soluciones» a la lucha por la vida.
Como perspectiva categorial, la Antropología física accede al material antropológico en tanto representa la estructura de una totalidad distributiva. Sólo que ahora los términos de esa totalidad ya no son los individuos en cuanto constituidos por órganos, miembros, &c. [259], sino los individuos enclasados en razas y variedades, lo que no excluye, sino que incluye, la necesidad de considerar sus partes formales a diferentes escalas, que van desde los órganos y huesos y otras partes «morfológicas» hasta las partes que siguen siendo formales, por ejemplo, las macromoléculas de ADN, en la llamada «Antropología molecular». A la vez que los individuos aparecen enclasados en razas y variedades y ligados a diferentes climas y lugares (no sólo segregados de ellos) también aparecen como partes o segmentos del orden de los primates y esto incluso con anterioridad a la Teoría de la Evolución (como se ve en Linneo). De hecho, y supuesto que el hombre se entiende como una especie, la Antropología física se organizará precisamente como Antropología de razas. Queremos subrayar que si estos términos del campo, los individuos humanos, no estuviesen enclasados en clases subespecíficas, la Antropología física perdería su propia materia interna, reduciéndose a un capítulo de la primatología diferencial. Son precisamente las variedades internas dentro de la especie, de los individuos, aquello que delimita el horizonte propio de la nueva disciplina, que, en todo caso, sigue siendo un capítulo de la Zoología como desarrollo co-genérico de la perspectiva zoológica. En la hipótesis de que, en un día acaso no muy lejano, la variedad de los hombres desapareciese para dar paso, tras una mezcla de razas, a un tipo uniforme, acaso de aspecto similar al actual malayo, entonces también la Antropología biológica, salvo en su parte histórica, se reduciría a la condición de Primatología diferencial.
Porque lo constitutivo de esta Antropología física es precisamente la consideración de la variedad humana, no solamente en sus diferencias estructurales, sino también genéticas y causales, y entre estas causas siempre cuenta de algún modo el habitat geográfico natural.
La Antropología biológica, así entendida, parece comprometida con la variedad humana y sus mezclas, y aunque en modo alguno puede oponerse en teoría a la nivelación de las razas (que es una posibilidad dada dentro de sus conceptos), sin embargo, cabría añadir que, por estructura, se mueve dentro del horizonte de estas variedades y de ahí su histórico contacto con el racismo. La concepción y la muerte de los individuos no constituyen los límites de la Antropología biológica, puesto que su interés (a diferencia de la Antropología médica) se orienta, sobre todo, a los individuos de diferentes razas en la medida en que tienen capacidad reproductora. Los límites de la Antropología biológica se determinan, a parte ante, por la Protoantropología, por el estudio de los homínidos, incluidos austrolopitécidos y picecantrópicos. A parte post, por la Antropología cultural, en tanto que muchas variedades biológicas aparecen en continuidad con las diferencias culturales. Y es aquí donde las fronteras de la Antropología biológica tienden a entrar en conflicto con la Antropología cultural, dada la tendencia «imperialista» (reduccionista) de la Antropología biológica. Esta situación fue admirablemente formulada, hace ya más de un siglo, por Edgar Quinet (La creación, libro VI, cap. 10): «Pero se dirá, un naturalista nada tiene que ver con las obras del hombre. ¡Cómo! ¿Nada tiene que ver con las costumbres, las industrias, las construcciones de los vertebrados o de los invertebrados?, ¿pues por qué no se añade también que en la vida de la abeja no hay para qué ocuparse de su industria, su arte, sus trabajos y su miel, y que todo esto no interesa más que a los poetas y soñadores? «Como la arquitectura humana expresa todo el espíritu de una sociedad, así la concha de un molusco traduce más o menos exactamente los caracteres del animal que de ella ha hecho su habitación», decía el libro XI cap. 4.
Como rama de la Antropología biológica habrá, pues, que considerar también la Antropología etológica, es decir, la Etología humana o Etoantropología (a la cual se reduce, desde luego, la Psicología humana en funciones de Antropología). También la Etología humana es genérica, y su luz se extiende a todos los hombres. Según muchos, a la totalidad del reino de la cultura humana. Pero esta pretensión chocará con argumentos tomados de la metodología y de la Antropología cultural. Los argumentos de la Etología humana reduccionista son más convincentes a medida que regresamos «hacia atrás», o hacia lo genérico, por ejemplo, a medida que nos atenemos a los instrumentos como herramientas «prolongación de las manos». Pero se oscurecen cuando pasamos a las máquinas-herramientas y se apagan prácticamente cuando entramos en el reino de las máquinas automáticas. El etoantropólogo puede decir muchas cosas ante un hombre manejando una azada, pero sólo puede decir trivialidades ante un hombre manejando una computadora. Sin embargo, la computadora, como antes la Geometría, son realidades culturales y esto es lo que determina la principal dificultad, a nuestro juicio, que suscita la pretensión de identificar la Antropología con la «Ciencia de la Cultura».

Demandas sociales y laborales de la Antropología Física

Expertos en Antropología Física cubrirán las siguientes necesidades profesionales demandadas por la sociedad:

- Expertos en Antropometría, aplicada a estudios de crecimiento y desarrollo, de envejecimiento, de nutrición y composición corporal, de Antropología del Deporte y de Ergonomía.

- Investigadores y expertos capaces de evaluar la singularidad del desarrollo y de otros procesos biológicos humanos, de las diferencias en acceso y utilización de los servicios de salud en función del género, del nivel socioeconómico y del origen geográfico.

- Expertos en Antropología Forense, especializados en estudios de identificación y reconocimiento individual de victimas, en la elaboración de informes técnicos poblacionales, en tareas de formación y asesoramiento a expertos en Derechos Humanos, miembros de ONG y asociaciones, e instituciones.

- Expertos en estudio y reconstrucción de la biohistoria de poblaciones del pasado, de su vida cotidiana, de sus patrones de salud y enfermedad, de las diferencias de género en poblaciones pretéritas, todo ello a partir del análisis de restos óseos y arqueológicos. Asesores en excavaciones arqueológicas y en exposiciones de museos

- Expertos en análisis de datos poblacionales y asesoramiento a organismos públicos y privados que requieran informes biodemograficos, sobre biosociología del embarazo y el parto, sobre evaluación de crecimiento, desarrollo, envejecimiento, y sobre aspectos puntuales de salud, diferencias de género en acceso, tratamiento de determinadas enfermedades, y la expresión diferencial de procesos biológicos.

- Investigadores y expertos capaces de evaluar los problemas de salud relacionados con la violencia de género y el trato discriminatorio por otras causas (nivel socioeconómico, origen, imagen, discapacidad), proporcionando los métodos para atajarlos.

1 comentario:

  1. Hola, soy estudiante de Historia que considera muy interesante la ANTROPOLOGIA, y que además siemopre le ha gustado la Biología.
    Te felicito, gracias a tu blog me he animado a especilizarme en ANTROPOLOGÍA FÍsica, MUCHAS GRACIAS.

    Por favor, podrías recomendarme algunos libros sobre la ANTROPOLOGIA FÍSICA (español, inglés o en portugués).

    Saludos y sigue adelante. Mi correo es kantropos@gmail.com

    ResponderEliminar