Las feromonas son semioquímicos (sustancias químicas que sirven como intermediarias en la comunicación entre organismos vivos) producidas y secretadas por individuos de una especie y percibidas por otros individuos de la misma especie (por tanto median la comunicación intraespecífica), gracias al sentido del olfato, pues son sustancias altamente volátiles que se propagan como estímulos olfatorios. En el caso de los insectos, estos estímulos son captados por sensorios olfatorios ubicados preferentemente en las antenas, aunque también pueden ubicarse en los palpos; cada sensorio olfatorio está consituído por neuronas y células receptoras específicas para feromonas.
Los estímulos feromonales son captados por dichos sensorios y es el Sistema Nervioso Central el que responde en forma de un patrón fijo, un estereotipo, de modo que el comportamiento de un insecto frente a un estímulo determinado siempre va a ser el mismo. Esta obediencia ciega de los insectos hacia las feromonas se traduce en múltiples posibilidades para manejar a voluntad su comportamiento, las mismas que son aprovechadas en los programas de Manejo Integrado de Plagas (MIP), dentro del control denominado Control Etológico.
Las feromonas fueron observadas aparentemente hace ya muchos siglos, en picaduras masivas de abejas como respuesta a las sustancias químicas liberadas por la picadura de una sola abeja, sin embargo fue en 1959 cuando los científicos alemanes Karlson y Luscher lograron identificar y aislar por primera vez una feromona (la feromona del gusano de seda Bombyx mori.). Desde entonces, con los avances de la química y la electrofisiología se han aislado cientos de feromonas de insectos, siendo los lepidópteros los más estudiados debido a que muchos de ellos constituyen plagas agrícolas importantes. Actualmente se cuenta con una visión mucho más clara sobre las ventajas y limitaciones del uso de feromonas, sobre todo de las feromonas sexuales, pues son estás las que presentan mayor potencial de uso en el manejo de plagas agrícolas, debido a que son intermediarias en la reproducción de la mayoría de éstas. Cabe resaltar que en la mayoría de especies de insectos, son las hembras las que liberan feromonas, aunque se ha logrado detectar que los machos de la "mariposa monarca" Danaux plexipus. y de la polilla mayor de la cera Galleria pomonella. también producen feromonas.
Los usos de feromonas más comunes al día de hoy están vinculados a las tareas de detección y monitoreo de poblaciones, así como al control directo, que incluye tres métodos: confusión sexual de los machos, captura masiva y tratamiento localizado. (de los cuales me ocuparé en posteriores entregas)
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