sábado, 6 de junio de 2009

MINERIA ARTESANAL EN EL PERÚ (Con énfasis en La Libertad).


Los orígenes de la minería artesanal difieren de un país a otro, e incluso de una zona a otra. En primer lugar, hay razones culturales que hacen que en determinadas zonas las operaciones mineras se realicen de manera artesanal. Generación tras generación se han dedicado a esta actividad y a pesar de que puedan existir opciones de transferencia tecnológica y de canalización de recursos financieros, los mineros prefieren seguir produciendo como lo hicieron sus abuelos. En segundo lugar, el descubrimiento de una veta de mineral, especialmente con altos contenidos de algún metal precioso, puede atraer a muchas personas que ven una oportunidad para incrementar sus ingresos de manera muy rápida. Las fiebres del oro en varias partes del mundo ilustran este fenómeno. Finalmente, la minería artesanal representa una de las pocas alternativas de supervivencia en zonas deprimidas en las que otras actividades que absorben mano de obra, como la agricultura, no existen o han desaparecido. 

La minería artesanal es un fenómeno importante en muchas partes del mundo, desde las pequeñas explotaciones de carbón en la China a los lavaderos de oro en distintas partes de Sudamérica, se estima que esta actividad da empleo a más de 13 millones de personas (Oficina Internacional del Trabajo, 1999). Al mismo tiempo, también se sabe que las operaciones artesanales se caracterizan por una baja productividad, escasas condiciones de seguridad y un impacto ambiental negativo. 

Perú es un país de tradición minera, su geología le ha dotado de una importante riqueza mineral, la misma que ha sido explotada en las distintas etapas de su historia. Desde el periodo pre Inca la minería siempre ha sido soporte principal de la economía nacional, asistiéndose en estos últimos años al despliegue espectacular de esta actividad que ha convertido al país en el segundo país latinoamericano productor de oro, después de Brasil. 

Actualmente, Perú cuenta con una estratificación de la minería, atendiendo a criterios relacionados con la magnitud de la producción y la extensión del área de explotación, así se tiene: Gran Minería, Mediana Minería y Pequeña Minería y Minería Artesanal. Se cuenta además con un marco legal que regula la actividad minera, y que debe ser cumplido por las partes competentes; sin embargo existen sectores que no cumplen con las normatividades vigentes, manteniéndose en una situación de informalidad e incluso ilegalidad. Siendo el sector minero artesanal el que supone las mayores preocupaciones. 

La minería artesanal ha tomado gran impulso a partir de los años ochenta en un contexto de precios altos del oro, alimentada por procesos migratorios generados por diversas causas. Un 11 por ciento de toda la producción de oro en el Perú que en el 2006 llegó a 203 TM proviene de la minería artesanal. Se estima que hay unos 80 000 mineros artesanales y 20 000 personas que les proveen servicios, además de 300 000 personas directamente o indirectamente dependientes de esta actividad. El 60 por ciento de los mineros artesanales es informal, el resto se está formalizado en pequeñas empresas. Tradicionalmente las zonas con gran producción artesanal fueron: Puno, el sur medio (Arequipa, Ayacucho e Ica) y el Departamento amazónico de Madre de Dios. En los últimos años han aparecido zonas de minería artesanal en el norte (Piura, Cajamarca y La Libertad), donde los mineros artesanales entran en conflicto con los agricultores. 

Durante la década de los 80´s la minería aurífera artesanal estuvo focalizada en las zonas altas, en donde el proceso extractivo por excelencia era la amalgamación, y la cantidad de personas dedicadas y/o beneficiadas con ella era reducida. Durante el 2003 y el 2004 experimentó un crecimiento exponencial y la amalgamación como principal método extractivo ha sido reemplazada casi por completo -aunque  en algunos casos se suele emplear complementariamente- por el proceso de lixiviación con cianuro. Las características de la implementación del proceso de cianuración llevado a cabo por los mineros artesanales, así como los demás procesos asociados a la obtención del mineral hacen de ésta una actividad que genera importantes impactos negativos, tanto para la salud de las personas expuestas a ella, como para el medio ambiente. Las estadísticas revelan que sólo en la Región La Libertad, alrededor de 7466 personas están dedicadas a esta actividad y que en algunas zonas como en el “Cerro el Toro”,en la Provincia de Sánchez Carrión,  la cantidad de mineros informales está muy cerca de 2000 personas, donde incluso han construido domicilios al costado de sus pozas de maceración  con la finalidad de cuidar su fuente de trabajo. Bajo este contexto, la actividad minera artesanal en Perú se presenta como una fuente importante de desarrollo. Su dinamismo no sólo estimula las economías locales sino que beneficia fiscalmente a los distintos niveles de gobierno subnacional, lo que a su vez debiera repercutir en el bienestar de la población. Sin embargo la forma en que se viene desarrollando convierte a esta actividad en una fuente generadora de importantes pasivos ambientales. La potencialidad de daño ambiental es muy elevado, ya que los relaves son arrojados sin medidas de control con dirección a las áreas agrícolas que se encuentran en las partes bajas de las zonas de donde entran los minerales. A la fecha se han reportado aluviones de relaves y desmontes en distintos Caseríos, como es el caso de Shiracmaca en La Libertad. 

Constituye, pues,  la mineria artesanal una compleja problemática social y ambiental cuya solución aún es una asignatura pendiente ...